martes, 29 de mayo de 2012

LIVIN' THE DREAM

CAPITULO 6: TAKE A BREATH

"Worlds are spinning round, there's no time for slowing down, So won't you take a breath,Just take a breath"


“Respira, respira. Si, es Joe Jonas el que está sentado enfrente de ti, ese muchacho al que tanto admiras, al que deseabas conocer con toda tu alma, pero ¿y eso que?”
¡¿Y eso qué?! -Se quejó otra voz en mi interior- “Cierto que es de lo más normal chocar con tu ídolo en la playa e iniciar una fuga a continuación para acabar sentada frente a él tomando un café.¡ Sucede todos los días!”
-¿Estás bien? – preguntó Joe- Luces un poco pálida.
Desde que se había quitado los lentes  y se había presentado, no había logrado articular palabra alguna. Me había quedado sumida en un completo silencio, probablemente porque no lograba hallar un solo pensamiento coherente. Estaba shockeada, pero FELIZ. ¡Estaba frente a uno de mis ídolos! Tantas veces había soñado con este momento, con tener la posibilidad de conocerlo (bueno, para ser sincera mayormente soñaba con el menor de los Jonas Brothers, pero se hace extensible), y ahora, que lo tenía enfrente ¡no me salían las palabras! Que frustración…
Sin embargo, creo que era momento de que hablara, o pensaría que era una tonta.
-Si, estoy bien, solo un tantito sorprendida. La verdad es que no entiendo.
Joe me miró confundido.
-¿Qué?
-Cómo no te reconocí antes.
-¡Ah! Entonces…. ¿eres una fan?
-¿Por qué te sorprende tanto?
-Oh, no sé… Es solo que me parece extraño que no estés gritando…o saltando… o apretándome como a un oso de felpa.
No pude evitar soltar una carcajada ante el comentario.
-¿Acaso siempre es asi?
-No- respondió-  A veces es peor. Por ejemplo cuando están tan emocionadas que en lugar de darnos la mano nos arañan.
-Oh, pobre Joecito- me burlé- Debe ser horrible tener a tantas muchachas lanzándose a tus pies.
-Rectifico, las chicas no deben tener TANTO sentido del humor.
-¿Temes que sea mejor haciendo reír a la gente?
-¡Como si eso fuera posible! Estas hablando con el rey de la diversión, preciosa.
-Si, si. Lo que digas Adam.
-¡HEY! No me llames asi ….
- ______ Mi nombre es ________ , aunque todos me llaman______ (tu apodo)
-Pues ______ (apodo), es un placer conocerte. Déjame invitarte a un café y te demostraré el significado de la frase “reír hasta que te falte el aire”

sábado, 12 de mayo de 2012

LIVIN' THE DREAM

CAPITULO 5: STATE OF EMERGENCY

"Don’tcha let it be a State of Emergency"
Sentir la arena cálida bajo mis pies era una experiencia fabulosa. De pequeña solía ir de vacaciones con mis padres a la playa, y recuerdo que lo primero que hacia al llegar era liberar mis pies de su calzado y correr sobre la arena, para disfrutar de esa placentera sensación.  En este mismo momento, me sentía igual que hace 10 años.
Cerré mis ojos para disfrutar del sonido que producían las olas al romper cerca de la orilla. Las playas de Los Angeles sin duda eran un paraíso privado, algo sin comparación. La textura de la arena, el color del agua, todo parecía un regalo del cielo. Apreté aun más los parpados y me concentré en ese conjunto de sensaciones. La felicidad me embriagaba. Radiante di un paso al frente y abrí los ojos para iniciar mi recorrido por la costa, cuando sentí que algo enorme me golpeaba, provocando mi caída. Desconcertada miré hacia la derecha, en un intento por identificar el objeto que me había hecho perder el equilibrio, empero me encontré con la sorpresa de que no era algo sino alguien el culpable. Un muchacho moreno y con lentes de sol para ser más precisa. Su cara estaba contraída, parecía avergonzado por haberme derribado.
-¿Estás bien preciosa?- me preguntó al tiempo que me tendía una mano para ayudarme a levantarme. Agradecida la acepté.
-Sí, bueno, quitando el hecho de que parezco una milanesa viviente…- respondí mientras intentaba sacudirme la arena de encima.
El muchacho soltó una carcajada.
-Una milanesa muy bonita debo decir.
Sorprendida lo miré. ¿Acaso este muchacho se pasaba el día coqueteando con desconocidas?
-Dime algo- le dije divertida- ¿Derribar a muchachas por la playa te parece un buen pretexto para iniciar una conversación y desplegar tus dotes seductivos?
-Solo si la muchacha vale la pena- respondió levantando una ceja.
-Pues no creo que todas se lo tomen tan bien. Apuesto a que muchas deben enojarse bastante cuando ven que una roca humana las derriba.
-De ese modo sé que chicas valen la pena, después de todo me gusta que  una muchacha tenga sentido del humor- dijo deleitándome con un sonrisa perfecta.
¿Me parece a mí o ese chico estaba flirteando conmigo? Bueno, la verdad es que no me podía quejar porque su físico era como para desmayarse. Era el prototipo del galán al que todas aman. Iba a decirle que más que sentido del humor debería rogar por que sus “víctimas” tuviesen compasión para no asesinarlo cuando el ruido de unos gritos se oyó a solo unos metros de donde estábamos.
-Oh, ¡no!- dijo el simpático desconocido- ¡Corre!
Antes de que mi cerebro pudiese entender que era lo que estaba sucediendo, el muchacho tomó mi mano y me obligó a seguirlo a toda velocidad.
-¿Qué….sucede…?- logré articular  a pesar del cansancio. No soy lo que se dice un atleta y tras unos minutos de correr  a máxima potencia sentía que me faltaba el aire.
-Unas fans- me respondió- Necesitamos ocultarnos.
¿Fans? Pero ¿de que rayos hablaba ese muchacho? ¿Se refería a que tenia varias pretendientes que lo acosaban? Quería preguntarle porque sentía mucha curiosidad pero el cansancio me agobiaba. La necesidad de finalizar esa huida se impuso.
-Hay un bar a 2 cuadras de aquí. Lo ví cuando venia. Podríamos ir allí- sugerí.
-¡Perfecto! Comienzo a creer que eres mi ángel de la guarda.
Me reí ante la ocurrencia pero me abstuve de hablar. Debia reservar el poco aire que me quedaba. En ese momento me odié por prestarle tan poca atención a mi rendimiento físico. Cuando regresara a mi hogar, me internaría en el gimnasio.
Justo cuando creí que desfallecería, alcanzamos la puerta del bar que le había señalado a mi acompañante. Era un Starbucks. Aliviada me dejé caer sobre una silla y lo mismo hizo el desconocido.
Me tomé unos minutos para renovar el aire de mis pulmones y cuando me sentí capaz de respirar normalmente de nuevo, espeté:
-¿De qué iba todo eso? ¿Por qué te perseguían esas muchachas?
Mi compañero me observó, divertido. Acto seguido se quitó los lentes de sol y me tendió su mano a modo de saludo.
-Joe Jonas para servirla señorita.

LIVIN' THE DREAM

CAPITULO 4: GOT ME GOING CRAZY

"Tell me what can I do to help ‘cause I’ve been thinking of you for a little while now And this right here is how I feel You got me going crazy, knocked me off my feet"
Después del episodio ocurrido en la habitación de Nick me costó mucho disfrutar el concierto. No porque haya sido aburrido, muy lejos de eso estaba a decir verdad, pero no podía quitarme de la mente ese beso, me atormentaba, especialmente viéndolo allí arriba del escenario a metros de distancia, inalcanzable. Ese beso me había cambiado, me había hecho descubrir un mundo diferente, que desconocía hasta el momento y quería saber si a él le había ocurrido lo mismo. Me repetí una y otra vez que no tenía sentido seguir pensando en ello, en primer lugar porque seguramente Nick no había sentido lo mismo, y en segundo lugar porque no lo volvería a ver más. Esa noche abandonaba el país y volvía a USA ya que la gira había finalizado. Todo sería como antes: solo podría verlo a través de la televisión o en alguna revista y con suerte, nuevamente en un concierto, él volvería a ser la estrella del momento y yo su fan.
Los días siguientes fueron una completa tortura. De noche soñaba con él, con su hermoso rostro, con sus ojos color café; y de día me atormentaba el recuerdo de aquel maravilloso y a la vez maldito beso. Maldito porque me había hecho probar algo que jamás tendría, me había dejado entrever una realidad que jamás alcanzaría. Ni las bromas de mi mejor amiga conseguían alegrarme. Hasta mi mamá comenzó a notar que algo no iba bien, quizás porque de la noche a la mañana ya no hablaba de nada que estuviese relacionado con los Jonas Brothers. Sé volvió un tema tabú. Incluso llegué a despegar los posters que rellenaban mi cuarto; pero inmediatamente me arrepentí y los volví a colocar en su lugar. Estaba claro que no podría olvidarme de Nick así como así, era parte de mi vida.
Creo que es bastante acertado el dicho que dice “siempre que se cierra una puerta, se abre una ventana” porque justo en ese momento tan miserable de mi vida, me llegó una noticia que hizo que el sol saliera nuevamente. ¡Me iría a visitar a mi amiga de Estados Unidos!

LIVIN' THE DREAM

CAPITULO 3: 6 MINUTES

"I need six minutes with you"
Si alguien me hubiese dicho que Nick Jonas es más hermoso aun en persona le habría respondido que eso era imposible, después de así como no hay nada más grande que el infinito, no existe nada más perfecto que la perfección en sí misma; pero viéndolo allí, frente  a mi, dormido plácidamente pude descubrir cuan equivocada estaba. Su rostro inmaculado irradiaba una belleza que los lentes de las cámaras no habían sido capaces de capturar, algo fuera de este mundo. Tenía una media sonrisa en la comisura de sus labios, indicio de que estaba teniendo un sueño agradable. Me pregunté que estaría imaginando para estar tan feliz. Sin duda si fuese yo la que estuviese en su lugar, estaría soñando con él. Una súbita tristeza me inundó. Deseaba tanto que fuera yo la causante de sus sonrisas…
Indecisa me acerqué a su cama. Sabía que estaba invadiendo su privacidad pero no podía evitarlo. Al fin, después de tantos años soñando con él lo podía ver y lo mejor de todo es que era un espectáculo privado ya que solo estaba yo. No me dí cuenta de cuánto había avanzado hasta que noté que mi rodilla rozaba las sabanas.
De repente, como si hubiese sentido mi presencia allí, Nick se giró hacia donde estaba. Me quedé petrificada, conteniendo la respiración, incapaz de moverme, incapaz de hacer algo más productivo como esconderme para que no me viera. Estaba muerta. Cerré los ojos y me dispuse a escuchar mi castigo, bueno, en realidad a  aceptar las consecuencias de haberme colado en su habitación (las cuales seguramente implicarían el ser arrastrada fuera del hotel y una prohibición de acercarme a menos de 200 metros). Sin embargo los segundos pasaron y nada ocurrió. Era imposible que no me hubiese visto, pero quizás era demasiado amable para gritarme. Lentamente abrí los ojos, esperando encontrarme con una mirada cargada de furia, o cuanto menos de reproche; pero solo me encontré con sus párpados. Seguía dormido.
La tensión abandonó mi cuerpo, y también la fuerza. Mis rodillas comenzaron a ceder, y crei que me caería. Para evitarlo, me senté sobre la cama y aflojé el pañuelo de modo que solo me cubriera el mentón y me permitiera respirar mejor. Por un segundo olvidé que allí se hallaba tendido mi ídolo. Cuando comprendí mi error, me giré para mirarlo, cruzando los dedos porque mi descuido no lo hubiese despertado, y descubrí, demasiado tarde que su rostro estaba a tan solo unos centímetros del mío, por lo que no pude evitar que mis labios rozaran los suyos.  Sentí como si un rayo me hubiese dado de lleno. Todo era electricidad y calidez.
Un golpe proveniente de la puerta me sobresaltó e hizo que comprendiera lo que sucedía. Avergonzada me aparté. Vi que Nick me miraba con los ojos muy abiertos. Estaba sorprendido, y era natural. Podía apostar a que no estaba acostumbrado a despertarse con el beso de una desconocida. ¡Ay pero qué vergüenza! Vi como abría la boca para decir algo, pero antes de que pudiera hablar se oyó otro golpe en la puerta, esta vez seguido de una amenaza.
-Nicholas Jerry Jonas Miller ¡Abre la puerta en este instante!
Genial. Seguro que se habían dado cuenta de que yo no era una empleada sino una intrusa y venían a buscarme. Ahora si que podía darme por muerta.  Volví la vista a Nick y debió de haber comprendido mi temor porque me señaló una puerta escondida al otro extremo de la habitación antes de responder tranquilamente:
-Ya voy.
No sé lo que sucedió a continuación porque para cuando los guardias ingresaron al cuarto yo ya me hallaba descendiendo por las escaleras de servicio a la carrera. Solo una cosa rondaba por mi mente. Seis minutos. En tan solo seis minutos ese hermoso ser humano había logrado poner mi mundo de cabeza.

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CAPITULO 2 (PARANOID)

 

"I must be paranoid"
-¡No puedo creer que me hayas convencido de hacer esto!- se quejó mi BFF
-Ay vamos, ¡ni que fuera para tanto! Además si funciona (y funcionará) la recompensa va a superar con creces este “pequeño percance”.
-En primer lugar tener que fingir un desmayo CREIBLE en medio de todo un arsenal de guardias no es lo que yo llamaría un “pequeño percance” precisamente. Y en segundo lugar, las posibilidades de que este plan funcione son menos mil. Sé realista _____  (apodo), aún y cuando mi actuación lograra engañar a los guardias de seguridad, te queda un largo trecho hasta la meta. Y digamos que con lo exigentes que son aquí, dudo que los empleados del Four Seasons no descubran un plan que tranquilamente podría haber armado ¡una niña de 6 años!
-¡Hey! No hay por qué ser cruel. Además para tu información siempre pasa desapercibido lo que está a la vista. Todos los psicólogos lo dicen. Si mi plan es tan predecible como crees, entonces lo tacharan de absurdo, se convencerán de que nadie lo llevaría a cabo. ¡VES! Llevamos las de ganar.
-OK. Pero después no digas que no te lo advertí- se quejó mi amiga antes de comenzar a prepararse para la Fase 1. Es que me conocía demasiado bien y sabia que cuando me ponía tozuda no había nada que lograra hacerme cambiar de opinión; y este era uno de esos momentos. Desde mi escondite junto a la pared, en el ala derecha del edificio aguardé a que mi amiga comenzara con su parte: Ella fingiría un desmayo para acaparar la atención de los custodios que estaban apostados en la entrada del edificio, para darme la posibilidad de colarme por la ventana que tenia junto a mi sin ser vista. Una vez dentro recorrería el extenso corredor hasta la última puerta de la izquierda, donde sabia estaba la lavandería; pero debería ser rápida ya que dudo que mi amiga pudiera entretenerlos más de un minuto.
Ansiosa aguardé a que se hubiese posicionado en su lugar, y comencé a contar mentalmente “3,2,1… ya” Me colé en el interior del lujoso hotel y obligué a mis piernas a que se desplazaran a toda velocidad. Maldije la longitud del pasillo asi como mi estado físico. Por un momento creí que no lo lograría. El jaleo del exterior se había acabado por lo que supuse que mi amiga habría reaccionado tras su “desmayó”. Eso significaba que solo era cuestión de segundos antes de que los guardias volviesen a su posición original, y a un me quedaba por recorrer la mitad del trecho. Tenía que lograrlo, era mi oportunidad, quizás la única, para conocer a los Jonas, y no dejaría que nada me lo impidiese. Milagrosamente logré alcanzar el cuarto justo cuando oí el ruido de pisadas en la entrada. Cautelosamente cerré la puerta y encendí la luz. ¡Lo había conseguido! Ahora solo tenía que comenzar con la Fase 2.
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Me miré en el espejo por última vez para asegurarme de que todo estuviera perfecto, después de todo hasta el más mínimo detalle era crucial. Por suerte había encontrado un uniforme que era de mi talla pero seguía con el inconveniente del rostro; es decir, quizá pasara desapercibida vistiendo igual que todos los empleados pero si alguno de ellos me miraba con atención no descubriría ningún rostro conocido, y eso podría despertar sospechas, lo cual no necesitaba. Lancé un suspiro y comencé a rebuscar entre las prendas sucias algo que pudiera resultarme útil, hasta que una en particular llamó mi atención; era de un intenso color amarillo. Sin dudarlo la saqué y la enrosqué sobre mi cuello, cubriendo mi boca y parte de la nariz. Satisfecha con la protección que me brindaba ese pañuelo, salí de la habitación, tomé el carrito de limpieza que estaba en la puerta y me encaminé  hacia el ascensor. Rogué por que las fans con las que había estado hablando más temprano no se hubiesen confundido y oprimí el botón que me llevaría al quinto piso.
Cuando las puertas del elevador se abrieron supe que estaba en el lugar indicado. No solo por el lujo que se observaba en aquel pasillo, ni por el cartel con letras doradas que anunciaba que estaba en el PentHouse sino porque allí también había un ejército de custodios. Y encabezando el mismo estaba ¡BIG ROB! Esto si que no lo había previsto. Bueno, al mal tiempo buena cara ¿no? Tomé coraje y avancé hasta la entrada de la habitación. Como imaginé que sucedería, inmediatamente dos guardias me bloquearon el paso.
-¿Room Service?- dije mas como una pregunta que como una afirmación.
Big Rob me clavó la mirada. De seguro le extrañó mi vestimenta (digamos que el pañuelo no pasaba desapercibido). Luego de unos minutos debe haber llegado a la conclusión de que yo no podía representar ninguna amenaza significativa y me dejó pasar.
Pero nada me hubiese preparado jamás para lo que vieron mis ojos cuando crucé el umbral.

LIVIN' THE DREAM

LIVIN' THE DREAM
CAPITULO 1 (7:05)    
"I was fine ‘till 7:05"
Los rayos de sol que se filtraban por mi ventana  se colaron en mis sueños, anunciando la llegada de un nuevo día. Como de costumbre, me gire hacia la izquierda y busqué a tientas mi reloj. Marcaba las 7.05 am. Solté un bufido y me acobije con las mantas, dispuesta a disfrutar de unas horas más de sueño. Digamos que no soy de la clase de persona que se levanta ni bien sale el sol con una sonrisa en rostro. No me malinterpreten, amo las mañanas, podría decir que es mi momento preferido del día; es solo que detesto el proceso de abandonar la comodidad de mi cama, y, especialmente, renunciar  a ese mundo donde todo es posible para despertar a la realidad.  Entonces digamos que es lógico que no me agradara la idea de estar despierta a esa hora; aunque si a eso le sumamos que hoy era sábado…
¡Un momento! ¡¿Sábado?!  Salté de la cama y corrí hacia la puerta para confirmar que no me hubiese equivocado, porque si efectivamente era sábado eso significaba que… ¡Hoy era el concierto!  Por fin, después de días y días haciendo la cuenta regresiva había llegado el momento que tanto había esperado, el momento con que el que había soñado tantas veces y que había imaginado aun mas, el momento de ver a mis ídolos en vivo, cantando esas canciones que me llenaban el alma sobre un escenario que estaría montado en un estadio en mi  país, MI PAISSSSSSSS. De solo pensarlo, las rodillas me temblaban. Al fin podría ver a esos tres hermanos de New Jersey que habían cambiado mi vida drásticamente a los ojos, podría decirles lo mucho que los amaba o más bien gritarles, aunque dudaba que pudieran escucharme porque el lugar seria un completo caos. Un hermoso y maravilloso caos.
Quizá suene tonto, pero llegado a ese momento tenía miedo de mirar el calendario. ¿Qué tal si me había equivocado y en realidad no era sábado sino jueves, o viernes, o incluso lunes? Se me rompería el corazón. Ya me veía juntando los pedazos rotos e intentando componerlo. Si, lo sé, puede que parezca extremadamente dramático pero no miento cuando digo que esos maravillosos hermanos se habían convertido en mi vida. Eran mi refugio, mi salvavidas, mi todo.
“Sé fuerte” me dije y comencé a contar por lo bajo. Al llegar a 3 abrí los ojos que había mantenido fuertemente presionados hasta el momento. Vi todas las cruces que indicaban los días transcurridos e inmediatamente al lado de la última había un inmenso círculo, señalando el día tan ansiado. ¡Era sábado! Pero antes de que pudiera comenzar a gritar de felicidad, un pensamiento sombrío cruzó por mi mente ¿y qué tal si aun estaba soñando? Todo parecía muy real pero quizá aun siguiera dormida. En ese momento sonó mi celular y me lancé sobre la cama para atenderlo; sin embargo en el camino mi pierna chocó contra el escritorio. Solté una exclamación.
“Al menos ahora sé que no es un sueño” pensé.
Mi teléfono seguía sonando con el timbre de “When you look me in the eyes”. Miré el identificador y ví que era mi mejor amiga. Contesté pero antes de que pudiera decir hola mi mejor amiga lanzó un grito que me aturdió.
-ES HOYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY
-Jaja. ¡Lo sé! Me parece surreal que hoy los vayamos a ver. Porque LOS VAMOS A VER. VAN  ESTAR A SOLO METROS DE NOSOTRAS. Ay Mar, no lo puedo creer!
-¡Yo tampoco _________ (apodo)! ¿Viste la tele?
-No. Recién me despierto. ¿Por?
-Es que están los Jonas.
-¡¿Qué QUE?!
-Si. Están mostrando el hotel donde están, el Four Seasons. No sabes, ¡está lleno de Jonatikas!
-¡¿EN SERIO?! Genial!...Mmm, Mar ¿estás pensando lo mismo que yo?
-¿Ir al hotel?- preguntó mi amiga ilusionada.
-¡Si! Tenemos que ir. Quizás salgan a saludar o algo y podamos verlos. ¡¿Te imaginas?!- grité
-Sería genial pero tenemos 1 hora de viaje hasta el hotel. A lo mejor para cuando llegamos ya se fueron.
-Bueno, pero al menos lo habremos intentado, ¿no? No perdemos nada con probar.
-No lo sé _____ (apodo)
-Por fassssssss- supliqué usando ese tono al que sé que mi amiga no puede resistirse.  Luego de lanzar una exhalación que bien podría haber sido utilizada en alguna película de Hollywood, mi mejor amiga dijo:
-Está bien. Pero mejor nos apuramos entonces. No hay tiempo que perder. Te espero en casa. Besos
Este es un espacio destinado a imaginar; porque en la imaginación no existen límites...