domingo, 8 de julio de 2012

LIVIN' THE DREAM


CAPITULO 46: APPRECIATE (NICK POV)

“Any but a loving way, it heard along the way. Don't be afraid to open up and use the time you have before it fades. Show your love today (…) Life is too short so take the time and appreciate”
Mantuve la vista fija en el camino. Era de noche y estaba inquieto. Nunca me había gustado demasiado viajar de noche; generalmente evitaba conducir cuando el sol se escondía pero tenía algo que hacer. Algo muy importante y que ya no podía posponer. Había sido un ciego, intentando negar la realidad, bajo el pretexto de que era lo mejor. Lo que correspondía; lo correcto. Pero todo esto había sido un pretexto, porque era más fácil negarlo que hacerle frente. No quería causar sufrimiento, pero tampoco podía vivir engañándome. Porque la mentira, no haría ningún bien. Y la vida era demasiado corta como para dejarla pasar. 
Divisé las luces a la distancia, y disminuí la velocidad hasta que el auto se detuvo por completo. Me quedé unos momentos allí, sentado, repasando lo que diría, sopeando mi decisión. Pero no me demoré mucho. Estaba convencido. Abrí la puerta del coche y me apeé. Y justo en ese momento, vi que la puerta de la casa frente a la que había aparcado se abría. Por algún motivo, me quedé quieto, observando. Y lo que vi, me cortó la respiración…

LIVIN' THE DREAM


CAPITULO 45: IT’S NOT TOO LATE 

“Here I am. Feels like the walls are closing in. Once again, It's time to face it and be strong. I wanna do the right thing now. I know it's up to me somehow. I've lost my way(…) So I'll take a stand, even though it's complicated. If I can, I wanna change the way I've made it(…) And now I've got to try. To turn it all around and figure out how to fix this(…) Maybe it's not too late”
Los rayos de sol me despertaron. Me desperecé y descubrí, sorprendida, que estaba recostada en mi cama, en  el cuarto que compartía con Dani. ¿Cómo había llegado hasta allí? No tenía la menor idea. Lo último que recordaba de la noche anterior era que estaba muy cansada y que había decidido recostarme en el sillón de la sala, a esperar que Joe volviera con la bebida. Luego, nada.
Me levanté y me vestí. Dani seguía dormida. Probablemente aun fuera temprano. Bajé las escaleras rumbo a la cocina. Pero antes de ingresar me detuve. Paul y Denisse estaban inmersos en una conversación, no muy agradable al parecer, y no quise interrumpirlos. Preferí no molestarlos. Estaba por abandonar el salón cuando algo me detuvo.
-¿Y no dejó ni una nota? ¿Se fue sin avisar?- preguntó angustiada Denisse.
Contuve la respiración al tiempo que me embargaba una extraña sensación de que algo no iba bien.
Paul asintió.
-Pero ¿Por qué haría algo así?- insistió la madre de mi amigo- Él no es de actuar de este modo. Siempre fue un chico responsable…
“Ay Dios Mío. Que no sea él, que no sea él” recé, con el corazón latiendo a mil por hora.
-Querida- dijo Paul tomando a su mujer de las manos- No sé por qué pero en este último tiempo, Nick no ha sido Nick.
Sentí que el alma se me caía a los pies. ¿Nick se había ido? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué?
-Lo sé- admitió Denise con rostro triste. -¿Crees que sea por…
-¿Por  _____?- finalizó Paul.
-Si. Creo que es exactamente por ella querida- respondió.
Me quedé inmóvil, intentando comprender. Y cuando lo hice, desearía no haberlo hecho. Nick se había ido. Y todo era mi culpa.
Abatida regresé a mi cuarto. Y llamé a la única persona que podía ayudarme.
-Big Rob. Necesito que me hagas un favor- expresé con un nudo en la garganta.

LIVIN' THE DREAM


CAPITULO 44: MY DILEMMA (NICK POV)

“Here is my dilemma.One half of me wants ya and the other half wants to forget. My-my-my dilemma, from the moment I met ya. I just can't get you out of my head. And I tell myself to run from you But I find myself attracted to my dilemma. My dilemma. It's you”


Saludé a los últimos invitados y caminé de regreso a la sala. La fiesta había terminado y no podía estar más agradecido por ello. Luego de recibir la llamada de Delta en la que se excusaba por no haber asistido a mi cumpleaños y me prometía recompensarme, me había volteado para descubrir que ____ ya no estaba. Lo cual me había provocado una enorme frustración. Intenté charlar con mis amigos e incluso bailé un par de veces con Miles, solo para despejarme pero todo fue en vano. Mis ojos siempre volvían hacia ella; hacia ____; la causa de mi frustración. Durante el resto de la velada, no había podido dejar de observarla, bailando en brazos de mi hermano, deseando ser yo quien la condujera al ritmo de la música.
Estaba cansado y frustrado. Solo quería echarme en mi cama y dormir. Y en lo posible no despertar jamás. Recorrí el pasillo hasta que me encontré a mi madre y mi cuñada murmurando, al lado del sillón. Rápidamente me acerqué a ellas, para ver si necesitaban mi ayuda y escuché que mi mamá decía:
-Mírala pobrecilla. Se ha quedado dormida. Seguro que todos los preparativos la dejaron agobiada.
-¿Qué sucede?- pregunté pero cuando estuve lo suficientemente cerca, comprendí a que se refería. Era ______ . Estaba plácidamente dormida sobre el sofá.
-Estábamos discutiendo sobre que debíamos hacer con ella- explicó Dani- No queremos despertarla, pero…
-Yo me encargo- respondí inmediatamente.
La tomé en mis  brazos y me dirigí a su cuarto, escaleras arriba. Pesaba menos que una pluma, y se la veía muy bella. El recorrido duró menos de lo que hubiese deseado. Ya frente a la habitación, me las ingenié para abrir la puerta con el menor movimiento del que era capaz. No quería despertarla. Lentamente, la deposité sobre su cama. Y cuando mis brazos perdieron contacto con su cuerpo, una extraña tristeza me invadió. Estuve allí, de pie frente a su cama, observándola dormir durante un largo rato. Estaba hipnotizado, no podía apartar mis ojos de ella. Deposité un beso fugaz en su frente y con un esfuerzo sobrehumano, me giré sobre mis talones y caminé a la salida.
Sin embargo, a mitad de camino, me detuve paralizado.
-No…- su voz sonó acongojada. Me volví para mirarla. Aun seguía dormida, pero parecía que el plácido sueño previo había desaparecido, ya que se removía inquieta en la cama. No pude evitar pensar que era por mí. Era una idea extraña, y completamente ridícula creer que había sido la pérdida de contacto conmigo la que le había provocado el mal sueño; creer que solo en mis brazos se sentía protegida. Lo sé. Era una idea ridícula, pero que me producía un inmenso placer.
-Lo siento – murmuró y pude ver las lágrimas corriendo por su rostro. Preocupado, me acerqué.
-Yo…lo intenté….-Continuó. Estaba confundido ¿A qué se refería? -Hice todo lo posible por olvidarme de él, Joe….
“¿Joe?” Esperé inmóvil a que continuara. Sentía mi corazón latiendo acelerado.             Nada sucedió.
-¿De qué hablas _____?- pregunté con un susurro amortiguado. Contuve la respiración, rezando por qué no se despertara. No sabía si había sido buena idea hablarle, pero por algún motivo había sentido que no tenía elección. Debía saber a qué se refería. ¿Por qué se disculpaba con mi hermano? ¿Era eso lo que había intentado decirme horas antes? Necesitaba respuestas. Y las necesitaba ahora.
- ¿Joe?- preguntó al fin y sentí como el aire abandonaba mis pulmones. Todavía seguía dormida- Joe… no me odies, por favor.
Su voz sonaba débil y sentí como mi corazón se estrujaba.
-Lo in..tenté… Te ju..ro que…lo inten…té… Pe..pe...pero no pue…do… Yo…Yo…Yo lo a..mo…Lo a…mo…
Y en ese momento supe lo que debía hacer. Dando media vuelta, abandoné la habitación, y la casa, dejando a ______ atrás.


LIVIN' THE DREAM


CAPITULO 43: KEEP DANCE UNTIL TOMORROW

“Your body is moving but your mind is somewhere else. And I don’t know how to get there. It’s like you’re losing yourself.  No, I never thought it would come this far. Got enough for me to break my heart. When the music stops, For me is that you won’t let it go. Just keep dancing until tomorrow”


-Joe- murmuré evitando mirar a los ojos a mi amigo.
-_____ ¿Qué sucede?- preguntó alzando mi rostro. No respondí.
-No digas nada. Es Nick ¿cierto?
Asentí.
-¡Ay princesa!- se lamentó- ¡No entiendo que es lo que pasa por la cabeza de mi hermano! La verdad, no creo que ni él mismo se entienda. ¿Cómo…?
-Joe, ya déjalo- lo interrumpí. Sabía que si seguía hablando de Nick, no podría contener el aguacero que amenazaba con caer de mis ojos- Preferiría no hablar
-Tienes razón- coincidió- Esta es una fiesta, no deberíamos estar hablando de cosas tristes sino bailando.
La sonrisa se dibujó en su rostro.
-¿Me concedería esta pieza, mi lady?- Preguntó haciendo una reverencia.
-Encantada- respondí soltando una carcajada. ¡Gracias a Dios que tenía a Joe!

                                                           ************************


Bailamos el resto de la noche, y continuamos bailando aun y cuando los invitados comenzaron a marcharse. Estaba tremendamente exhausta pero me negaba a detenerme. El baile mantenía al margen el dolor, era una buena anestesia. Y temía que en cuanto mis pies se detuvieran, todo el sufrimiento que con la ayuda de Joe estaba manteniendo al margen, volviera para acosarme. Quería posponer el momento en que mi mente reviviera la escena con Nick.
Sin embargo, cuando el cansancio comenzó a hacer mella en mi cuerpo, no tuve otra opción más que detenerme. Me dejé caer en un sillón mientras aguardaba que Joe regresara con la bebida. Transcurridos un par de minutos, mis párpados se volvieron pesados, y el esfuerzo por mantenerlos abiertos, muy grande. Asi que me rendí. Cerré los ojos y el sueño me alcanzó.


LIVIN' THE DREAM


CAPITULO 42: FIX A HEART

“Baby I just ran out off bandages. I don’t even know where to start. Cause you can bandage the damage but you never really can fix a heart”


Cabizbaja, abandoné el lugar; procurando hacer el menor ruido posible. Las lágrimas me quemaban en los ojos, y el aire se negaba a entrar en mis pulmones. Pero lo peor de todo era el profundo vacío que sentía en el pecho, como si mi corazón hubiese desaparecido. Dolía tanto que dudaba que pudiera sanar. ¿Podría volver a amar alguna vez? Probablemente no.
Caminé despacio, tratando de tranquilizarme. No podía volver a la fiesta en este estado o todo el mundo se daría cuanta que algo había ocurrido, y no tenía ganas de hablar de ello. Di vueltas y vueltas hasta que, quince minutos más tarde comprendí que pese a mis intentos, nada podría ocultar completamente mi dolor. Solo debía rezar porque quienes me conocían, quienes podían ver más allá de mi fachada, estuvieran muy ocupados como para centrar su atención en mí.
Inhalando con fuerza, entré nuevamente en el lugar en que se desarrollaba la fiesta. Al principio todo se me antojó extraño. Me parecía irreal que pudiera existir tanta alegría cuando mi corazón se estaba deshaciendo lentamente sin que pudiera hacer nada para evitarlo. Porque podría vendar el daño, pero no arreglar mi corazón.
-______-dijo la última persona a la que hubiese deseado ver en ese momento.



LIVIN' THE DREAM


CAPITULO 41: TONIGHT (PARTE 2)

- Nick, hay algo que creo que necesitas saber- dije con la cabeza gacha.
Las manos de Nick me obligaron a levantar la mirada.
-¿Qué?- Sus ojos se deslizaron sobre mi rostro, como una caricia.
-Respecto de Joe.
-Él…Yo…- empecé nerviosa pero no pude continuar porque el destino decidió inmiscuirse. El celular de Nick comenzó a sonar y me hizo una seña para que aguardara, mientras respondía.
-¿Hola?
Su rostro mutó.
-Delta- Mi corazón se aceleró. Era el momento de la verdad. Por fin sabría si Nick sentía algo por mí o no. Porque si en verdad le pasaban cosas conmigo, si alguno de esos besos había significado algo para él, le diría a Delta. ¿No?
Si en ese mismo instante alguien me hubiese preguntado que desearía, sin duda habría respondido “tener una audición hipersensible”. Qué daría por poder oír lo que Delta decía en aquel momento.
-Gracias. Si, lo entiendo- dijo Nick, colocando una mano en su cuello. Ah, ¡ese gesto! Me pregunto si sabrá cuán sexy lo hace lucir. Justo en ese momento, como si hubiese leído mis pensamientos, Nick me miró. Sus ojos me observaron en forma intensa y me pareció distinguir un brillo peculiar. Pero no podría asegurarlo porque se volteó, quedando de espaldas a mí.
-Necesito verte- expresó, haciendo que mi corazón se partiera en mil pedazos.


LIVIN' THE DREAM


CAPITULO 41: TONIGHT

“No we’re not gonna work this out tonight. No, we’re not gonna make this right. So I’ll give a kiss and say goodbye. `Cause we’re not gonna work this out tonight”


Este no fue un beso que pudiera compararse con alguno de los que habíamos compartido antes. Fue un beso rudo, apasionado. Los labios de Nick se movieron sobre los míos, demandando, tomando todo lo que estuviera dispuesta a ofrecerle. Nuestras bocas se fundieron ansiosas, desesperadas. Las manos de Nick rodearon mi cintura, acercándome más, destruyendo cualquier tipo de distancia que pudiera existir entre nuestros cuerpos. Sorprendida, me descubrí a mi misma abrazando a Nick por el cuello, y enterrando mis manos en su pelo. Me permití hacer lo que siempre había soñado: acariciar su cabello, tocar esos hermosos rulos.
Tomando esto como una invitación, Nick intensificó el beso y sentí que moriría. Mis piernas comenzaron a temblar y mi corazón repiqueteó en mi pecho. Necesitada de aire, me aparté.
Nos quedamos de pie, abrazados, intentando recuperar el aliento. Mis mejillas ardían y un leve rubor cubría el rostro de Nick. Desvié la mirada y encontré a Elvis  a nuestros pies, observándonos atentamente y moviendo su cola de un lado a otro. Solté una carcajada y volví a centrar mi atención en el joven que me había arrebatado el corazón. Sus ojos estaban fijos en los míos.
-___________- susurró, acariciando mis mejillas. ¿Puede alguien derretirse con una mera caricia? Estaba a punto de averiguarlo.
-_____ esto no puede suceder- expresó con mirada triste.
-Joe…tú…- continuó, su voz sonaba atormentada.
-Nick, hay algo que creo que necesitas saber- dije con la cabeza gacha.
Las manos de Nick me obligaron a levantar la mirada.
-¿Qué?- Sus ojos se deslizaron sobre mi rostro, como una caricia.
-Respecto de Joe.


lunes, 2 de julio de 2012

ONE SHOT


 LUCKY


-¡No puedo creer que me hayas convencido de ayudarte a cargar todos esos trastos!- me quejé, dejándome caer sobre el sillón del nuevo apartamento de mi mejor amigo.
-Hey, ¡tampoco fue para tanto! Eres una exagerada- dijo, recostándose a mi lado. Sus brazos se cernieron en torno a mi cintura.
-¡¿Exagerada?! ¿Acaso contaste cuantas cajas subimos?- pregunté. Joe puso los ojos en blancos- ¡Cincuenta! 
-Y seguro que la mayoría eran de zapatos- añadí.
- ¿Acaso te estás burlando de mí?- Lo miré. Tenía una ceja levantada y su sonrisa ladeada. “Oh, no, esto no es nada bueno”
-No, solo te estoy diciendo que eres un tanto…. Déjame buscar la palabra indicada…-dije colocando una mano en mi cabeza-¡Ah, sí! ¡¡Obsesivo!!
Los ojos de Joe se oscurecieron y mi corazón se aceleró. Hacía once años que conocía a Joseph Adam Jonas, por lo que sabía todo acerca de él. Desde cuál era su comida favorita hasta que película lo hacía llorar; con solo mirarlo a los ojos bastaba para que descubriese cuando había tenido un mal día, o había algo que lo preocupaba. Por la forma en que sonreía podía descubrir cuando estaba contento, o cuando fingía. Y por la forma en que brillaban sus ojos, podía determinar cuándo estaba planeando algo. Cómo en aquel mismo instante.
-Ay ______ ¿cuándo entenderás que no puedes burlarte de Danger sin sufrir las consecuencias?- dijo apretando con más fuerza los brazos que rodeaban mi cintura. Intenté escapar, deshacerme del abrazo que me tenía inmovilizada. Pero fue imposible. Y no era extraño, digo ¡¿han visto sus músculos?! 
-Ya Joe. Suéltame- le pedí.
Él solo negó con la cabeza.
-Joe…- advertí.
-Eso no va a funcionar conmigo, _____ - explicó con una gran sonrisa en su rostro – Has sido muy mala con tu mejor amigo, y ahora recibirás un castigo por ello.
Suspiré.
- Joseph…- insistí. Joseph. Solo lo llamaba por su nombre completo cuando estaba molesta. Y no es que en ese momento estuviese precisamente enojada, es solo que estaba nerviosa. Tan nerviosa que podía oír el latido de mi corazón al retumbar en mí pecho. ¿Y por qué estaba nerviosa? Sencillo: Hacía once años que estaba secretamente enamorada de mi mejor amigo. ¿Trágico verdad? ¿Y cómo lo había descubierto? Mmmm... Cuando lo vi besar a su novia y sentí que mi mundo se venía abajo. Con el paso del tiempo comprendí que es cierto el dicho “ojos que no ven, corazón que no siente” asi que hice lo único que pude haber hecho: cerrar los ojos a la verdad. ¿Y cómo? Bueno, déjenme decirles que no había sido nada sencillo. Pero lo había logrado. Cada vez que Joe me hablaba de una chica que le gustaba yo solo cambiaba de conversación. Y si me decía de presentármela, yo solo ponía alguna tonta excusa como “oh lo siento pero tengo tarea” o “perdón pero tengo una cita”. Si alguna vez Joe sospechó algo, jamás lo dijo. Y con el correr de los años, la situación se fue tornando más sencilla. Ello no quiere decir que mis sentimientos hacia él hayan desaparecido; no. Sólo he aprendido a ocultarlos. 
Sin embargo, en ocasiones mis sentimientos amenazan con escapar. Como en ese mismo momento. 
Lentamente coloqué mis manos en el pecho de Joe y empujé, esforzándome por destruir la prisión de sus brazos. Joe me miró divertido y me acercó más. Nuestros cuerpos quedaron a solo unos centímetros,  su rostro tan cerca del mío que podía sentir su aliento mezclándose con el mío. Nuestras miradas se encontraron y me perdí en ese mar de chocolate fundido. Por el rabillo del ojo noté como desaparecía la sonrisa de Joe, siendo reemplazada por un gesto serio. El tiempo se detuvo mientras nosotros permanecíamos inmóviles, observándonos, como si jamás nos hubiésemos visto antes. Y cuando su mirada se posó en mis labios, fui incapaz de pensar con claridad. Me descubrí a mi misma conteniendo la respiración, mientras mi mejor amigo acortaba la escasa distancia que nos separaba. 
                                 **************************************
- Si quieres torturar a alguien al menos deberías buscar un método más efectivo. Algo quizás que no implique el ser aplastada- dije rompiendo el hechizo. Joe se apartó de un salto, liberándome. Parecía sorprendido, como si hubiese sido despertado en mitad de un sueño, y un ligero rubor cubría sus mejillas. Aparté la mirada, incapaz de seguir observando su hermoso rostro.
Por unos segundos, ninguno dijo nada.
- ¿Y qué sugieres?- preguntó al fin Joe, rompiendo el silencio. Yo lo miré, intentando comprender a qué se refería “¡Ah, si! El castigo”
-No lo sé. Tú eres el de gran imaginación aquí ¿lo olvidas?- dije en burla. Necesitaba terminar con la tensión que inundaba el ambiente, para volver a sentirme cómoda junto a Joe; necesitaba que las cosas volvieran a su lugar.
Mi mejor amigo me observó, pensativo.
-Creo que ya sé lo que haré contigo- sentenció con esa sonrisa que hacía que mi corazón se detuviera por unos segundos.
-Esto no me va a gustar nada- suspiré.
                     ****************************************
-¡¿Qué tu qué?! ¡Debes estar bromeando!
-Por supuesto que no.
-Pero… ¡Sabes que odio cocinar! Además soy malísima- protesté.
-Nunca mejorarás si no prácticas- replicó Joe- Ven, yo te enseñaré. Será divertido.
-Por lo menos dime que tienes un extintor cerca- dije, dándome por vencida.
Joe se rió.
-Si lo tuviera, ya lo habría usado- expresó guiñándome un ojo. Yo lo miré desconcertada, lo que provocó una carcajada.
-Olvídalo. Empecemos.
-Wiiiiiii- ironicé.
-¿Y se puede saber que vamos a preparar chef?
-Pizza- respondió.
“Al menos algo rico” pensé.
-Lo primero que vamos a hacer es preparar la salsa-dijo abriendo la heladera.
-¿Qué sucede?- pregunté al verlo reír.
-Olvidé que acabo de mudarme- Arqué las cejas
-La heladera está vacía- explicó.
Solté una carcajada.
-Es el destino diciéndome “no cocines”.
-Si, ___. Seguro- comentó mi amigo- Bueno creo que tendremos que reorganizar nuestro plan: Primero iremos a comprar los ingredientes.
-¡Que inteligente, Sherlock!- me burlé golpeando levemente su brazo.
-Auch- se quejó
- Nuevo cambio de planes. Primero iremos al médico- bromeó.
-Ya vamos- dije- Cuanto antes empecemos, antes terminaremos.
-Dramática- lo oí murmurar entre dientes al salir del apartamento.
                                ******************************
Suspiré. Esta era la tercera vez en media hora que un grupo de fans se acercaban a Joe para sacarse fotos con él. Al paso que íbamos, la pizza estaría lista para la semana siguiente. No me malinterpreten, adoro a las fans de los Jonas, porque gracias a ellas mi mejor amigo y sus hermanos pueden hacer lo que más aman en el mundo entero: cantar. Pero hay veces en que me gustaría poder caminar por las calles de Los Ángeles con mi mejor amigo sin que nadie nos interrumpiera; y sin que se tirasen en sus brazos, se cuelguen de su cuello e intenten besarlo.
Volví la mirada hacia donde estaba Joe; solo quedaba una fan. “Al fin” pensé. Pero al transcurrir los segundos comprendí que esta fan no estaba dispuesta a marcharse tan rápido. Y Joe tampoco parecía muy “aburrido”. De hecho, en ese preciso momento se estaban riendo a carcajadas de un estúpido truco que mi amigo había hecho y que consistía básicamente en hacer aparecer una flor detrás de la oreja de la joven. Enojada aparté la mirada y comencé a caminar de regreso al departamento. Estaba harta de Joe y sus flirteos. Buscaría la cartera que había dejado en su casa y me iría.
-¡_________! –lo oí llamarme, pero seguí caminando.
-¡_______!¡Espera! ¿A dónde vas?- gritó nuevamente y esta vez su voz se oyó más cercana. Apresuré el paso.
-¡______!-dijo por fin alcanzándome - ¿Qué sucede?
-¿En serio lo preguntas Joseph?- solté con rudeza.
Mi amigo me observó.
-¿Estas enojada?
-¿Tú qué crees?- le pregunté cruzándome de brazos.
-Es que no entiendo por qué estas enojada- respondió con el ceño fruncido.
-No tiene importancia- dije al fin y reemprendí el camino de regreso.
-¡Claro que tiene importancia!- insistió, caminando a mi lado.
-Dame una pista- presionó- Porque estoy confundido. Todo estaba perfecto hasta hace unos minutos cuando…
-¡Ah, Ya entiendo!- exclamó con una sonrisa triunfal – Fue por la chica esa ¿cierto?
No respondí.
-¡Estas celosa!
-¡¿Qué?!- exclamé- ¡Por favor!
-Ah ¿ no? Si no estás celosa entonces dime por qué te enojaste cuando me viste charlar con esa fan.
-¡Porque te olvidaste de mí y me dejaste plantada, esperándote!- grité.
-Vamos ____, admítelo. Estás celosa.
-Ya quisieras Joseph- respondí, fulminándolo con la mirada. Joe me observó, en completo silencio. Mi corazón latía desbocado y mis mejillas ardían.
-Tal vez tengas razón- murmuró al cabo de un momento.
                                     **********************************
Luego de nuestra pelea, Joe me había convencido de terminar con las compras bajo la promesa de que ya nada se interpondría en el camino. Y la verdad es que, no fue una tarea muy complicada hacerme cambiar de opinión porque mi mente era una telaraña de ideas. Durante el resto de las compras, solo un pensamiento rondó por mi mente ¿Qué había querido decir Joe? ¿Se refería a que yo tenía razón en que no estaba celosa o a que tenía razón al decir que él quería que estuviera celosa? Ya no entendía nada.
Cuando conseguimos todo lo necesario, regresamos al apartamento. Cuando Joe había sugerido que cocinemos, me había negado, pero ahora no veía la hora de poner manos a la obra. Y no porque de un momento a otro la cocina se hubiese convertido en el amor de mi vida, sino porque sabía que sería un buen modo de dejar de pensar en Joe. En realidad, solo en sus palabras, porque era imposible dejar de pensar en Joe. Ya lo había intentado por todos los medios posibles, y nada funcionaba.
-Entonces, manos a la obra- dijo mi amigo, emocionado (¿les conté ya que adora cocinar?)- Lo primero que haremos será la salsa, ya que es lo que más tiempo tarda. Y mientras ésta se cocina, podremos preparar la masa de pizza.
-Toma- dijo pasándome los tomates- Córtalos en cubo mientras yo pico la cebolla ¿sí?
Asentí. Agarré una cuchilla y me dispuse a comenzar con mi labor.
-¡Espera!- el grito de Joe me sobresaltó.
- No quiero que te ensucies-explicó sosteniendo un delantal en la mano. Me acerqué hacia él para tomarlo pero Joe negó con la cabeza.
-Yo lo hago- dijo y me volteó. Lentamente introdujo el delantal sobre mi cabeza y lo deslizó sobre mi cuerpo. Sus brazos rozaron los míos, haciendo que la piel se me erizara. Sentí sus manos sobre mis caderas, anudando la prenda, y su respiración sobre mi garganta.
-Ya está preciosa- dijo, dándome un dulce beso en la mejilla antes de apartarse.
Lentamente caminé hacia la mesada, y recosté mi peso en ella. Las piernas me temblaban y sentía que en cualquier momento cederían bajo mi peso.
“Maldito Joe” pensé. Odiaba el poder que tenia sobre mí. 
                                *********************************
-Ahora tenemos que aguardar a que la salsa esté lista- dijo Joe, tapando la sartén.
-¡Genial!- exclamé y comencé a caminar hacia el linving.
-¿A dónde crees que vas?
-Mmmm ¿al sillón?- pregunté confundida.
Joe soltó una carcajada.
-Muy graciosa. Ven aquí que tenemos que preparar la masa de la pizza. ¿O piensas comer una pizza sin masa?
-¡Arg!- me quejé.
-Vamos. Esta es la parte más divertida.
Giré los ojos.
-Alcánzame la harina por favor- me pidió. Tomé el paquete que estaba sobre la mesada y se lo tendí.
-¿Podrias echar un poquito aquí?- preguntó señalando el bols que tenía enfrente. Hice lo que me pedía.
-¿Un poquito más?- Agregué mas harina.
-¿Otro poco más?
Solté un bufido pero eché más.
-Solo otro poco- pidió con una sonrisa burlona en el rostro.
Lo miré. ¿Joe quería harina? Bueno, yo le daría harina. Y vacié el contenido sobre su cabeza.
-¡¡¡______!!!- gritó.
¡Tendrían que haber visto su cara! Fue increíble. 
-Tú lo pediste- me advirtió, acercándose amenazante.
-No te atrevas- dije entre risas.
Pero no se detuvo, continuó avanzando hacia mí con  el polvo de hornear en la mano.
Me giré y corrí fuera de la cocina, pero enseguida me atrapó en sus brazos y espolvoreó sobre mí el contenido del paquete. Lo miré. Sus ojos brillaban, y no pude evitar sonreír. Así, con el rostro cubierto de harina lucía adorable.
Joe levantó su mano y me acarició la mejilla. Allí donde su piel rozó la mia, sentí un cosquilleo que se extendió por todo el cuerpo.
-Sin duda, el blanco es tu color- comentó en un susurro.
                       *******************************
-Entonces la giras sobre tu mano y la lanzas al aire- explicó Joe y tomando la masa entre las manos me mostró cómo hacerlo. Yo lo observé anonadada.
-Ni sueñes que eso me va a salir- dije- Seguro se me cae todo.
-Oh vamos, no seas tan pesimista. Inténtalo.
-¿Y qué pasa si se queda pegada en el techo?- pregunté insegura.
-Dudo que eso ocurra- replicó con una sonrisa- Pero si es así, ya conoces el dicho “todo lo que sube, tiene que bajar”.
Suspiré.
-Está bien- acepté. Coloqué la masa sobre mi mano (que estaba cerrada por consejo de Joe) y, conteniendo la respiración, la lancé. ¿Les conté que tengo muy mala puntería? Bueno, como era de esperar, la masa voló por la cocina, y si no hubiese sido por los reflejos de Joe habría acabado estrellada en el piso.
-Te dije que no funcionaría- me quejé.
-Solo la lanzaste con mucha fuerza. Vamos, inténtalo de nuevo- dijo cerrando mi mano derecha y colocando la masa en su lugar.
-Pero…-protesté.
-Lo haré contigo- añadió. Lo observé caminar hacia mí y mi corazón comenzó a latir desbocado. Y cuando sus brazos cubrieron los míos, el aire escapó de mi pecho. 
-¿Preparada?- preguntó. Su voz no fue más que un susurro pero fue suficiente para que mi cuerpo comenzara a temblar. Asentí. No confiaba en mi voz en ese momento. Su mano se cerró sobre la mía y juntos lanzamos la pizza al aire, para atraparla segundos más tarde.
-¡Perfecto!- exclamó con una inmensa sonrisa en el rostro. Una sonrisa que se extendió al mío. 
- Si. ¡Porque hiciste todo el trabajo!- remarqué.
-No. Lo hicimos juntos- replicó mirándome – Hacemos un buen equipo.
                            *******************************
-¿Qué sigue?- pregunté luego de colocar la masa de la pizza en la asadera.
-Ahora tenemos que esperar a que leude- explicó- Así que tenemos un pequeño recreo. 
- Pondré algo de música mientras esperamos- dijo encendiendo la radio.
La voz de Jason Mraz impregnó el aire, al ritmo de una de mis canciones favoritas “Lucky”. ¡Vaya si me sentía identificada con la letra! Era perfecta. Cerré los ojos y comencé a cantar por lo bajo. 
Do you hear me? I'm talking to you
Across the water across the deep blue ocean
Under the open sky oh my, baby I'm trying
Boy I hear you in my dreams
I feel you whisper across the sea
I keep you with me in my heart.
You make it easier when life gets hard
Cada vez que oía esta canción, la imagen de Joe acudía a mi mente. Y ese era el único momento en que bajaba mis barreras y me permitía soñar con lo imposible. Solo durante los cuatro minutos que duraba la canción me permitía imaginar cómo sería mi vida si tan solo Joe sintiera por mí lo que yo siento por él. Sólo con la voz de Jason Mraz de fondo me permitía creer en lo imposible.
Sentí que alguien me tomaba de la mano. Abrí mis ojos. Joe estaba parado frente a mí, con sus ojos clavados en los míos.  La canción había terminado, sin embargo la voz de Joe sonó clara, hermosa.
Lucky I'm in love with my best friend
Lucky to have been where I have been
Lucky to be coming home again.
Con su mano libre rodeó mi cintura, atrayéndome a él. 


They don't know how long it takes
Waiting for a love like this
Every time we say goodbye
I wish we had one more kiss
I wait for you I promise you, I will.
Sentí su aliento sobre mis labios cuando murmuró:
“Lucky I'm in love with my best friend” 
Y mi corazón se detuvo.
                               ***************************************
Un sonido agudo inundó el ambiente y nos separamos, sobresaltados. Era la alarma que Joe había programado para saber cuándo podríamos hornear la pizza. Por unos segundos, solo nos quedamos allí, frente a frente, en silencio. Sentí el rubor extendiéndose por mis mejillas y desvié la mirada, pero pude notar la sonrisa de Joe.
-Amo cuando te sonrojas- expresó, haciendo que me ruborizara aún más.
“¿Qué rayos está sucediendo?” Ya no entendía nada. 
-_____ ¿Podrías alcanzarme la sartén con la salsa por favor?- preguntó Joe, sacándome del trance en que me encontraba.
-Claro- respondí e hice lo que me pedía.
-Wow Joe. Esto huele delicioso- dije.
Mi amigo me miró.
-¿Por qué no la pruebas y me dices si te gusta?- me preguntó, alzando una ceja. Lo ví agarrar una cuchara y cargarla con el liquido. Esperé a que me la tendiera.
-Abre la boca- ordenó. Y obedecí.  
-Mmmm…Deliciosa- dije cuando la salsa se deshizo en mi boca.
Joe soltó una carcajda.
-¿Qué sucede? ¿De qué te ríes?- pregunté.
-Es que tus labios están teñidos de salsa.
Avergonzada busqué una servilleta pero antes de que pudiera limpiarme, Joe me la quitó de la mano. 
-Deja que yo me encargo- expresó con una enorme sonrisa.
-Yo puedo hacerlo Joe. No tengo 4 años- protesté.
-Insisto.
-Está bien- me rendí. 
Sorprendida lo observé arrugar la servilleta y arrojarla al tacho.
-¿Pero qué…?- empecé. 
-Conozco un método más efectivo- explicó y tomando mi rostro entres sus manos, me besó.
Fue un beso maravilloso, increíble, mágico. Mejor de lo que jamás hubiese podido imaginado. Sus labios eran suaves y se movían gentiles sobre los míos, saboreando, disfrutando. Pidiendo y dando. Mi cabeza comenzó a girar y mis piernas amenazaron con ceder bajo mi peso. Desesperada me aferré a Joe, en busca de estabilidad. Sus brazos rodearon mi cintura, otorgándome un firme apoyo. Y me abandoné a él.
Al cabo de unos minutos, nos separamos, necesitados de aire. Sus mejillas estaban coloreadas, y sus ojos brillaban. Una gran sonrisa se extendía por su rostro.
-Mucho mejor- expresó y me guiñó el ojo.
                             **************************************
-Joe ¿Quieres explicarme porque me has vendado los ojos?- pregunté.
-¿Alguna vez has escuchado que la comida sabe mejor con los ojos cerrados?
-¿Alguna vez te han dicho que estás loco?- me burlé.
-Estaré loco pero tú- dijo señalándome- me quieres.
-Lo que digas Joseph- ironicé, intentando restarle importancia a su comentario.
“Ay Dios mío, que no se haya dado cuenta” recé.
-¿Cuándo lo vas a admitir?
-¿Qué?- pregunté con el corazón latiéndome a una velocidad supersónica.
-Que me quieres.
-¡Claro que te quiero! Eres mi mejor amigo- respondí.
-¿Entonces por qué me besaste?
-¡Yo no te besé! Tú me besaste a mí- protesté.
-Pero no te apartaste- insistió.
-¿Piensas mantenerme con los ojos vendados todo el día?- pregunté en un desesperado intento por cambiar de tema.
-Déjame pensar….- respondió.
-¡¡JOE!!
-¡Pero qué impaciente eres!- se quejó.
- Puede ser. Pero tú me quieres así- repetí. Dos pueden jugar el mismo juego ¿no?
-Es cierto-susurró junto a mi oído. Touché.
Y lo escuché alejarse, para regresar, minutos después.
-Bien. Es la hora de la verdad- dijo y me entregó una porción de pizza. La probé. Estaba deliciosa.
-Woow- dije.
Joe soltó una carcajada. 
-Supongo que eso significa que está rica.
-Puedes apostar- contesté. Me llevé una mano a la venda que cubría mis ojos y tiré para deshacerme de ella. Pero Joe me detuvo.
-Aguarda.
-¿Qué?- pregunté.
-Aun queda una última cosa que probar- respondió. Y sus labios rozaron los mios.


                       ******************************


HORAS MÁS TARDE
-Mmm. ¿Sabes? – dije mordiéndome el labio- Creo que la cocina se ha convertido en mi nuevo hobby.
-¿En serio?- preguntó Joe alzando una ceja- Pues yo he encontrado uno nuevo.
-¿Cuál? ¿Limpiar?- solté señalando el desastre que habíamos armado- Porque eso sería muy útil considerando…
No pude terminar la frase porque los labios de Joe cayeron sobre los míos, con un beso que me dejó sin aliento.
-Besarte- murmuró.

domingo, 1 de julio de 2012

ONE SHOT


JUST IN LOVE


-Aún estamos a tiempo de marcharnos- dije.
-Vamos _____. Llevamos más de dos horas esperando, no nos vamos a ir ahora- expresó mi mejor amiga.
-Pero no tiene sentido si al final no me elegirán.
-Oh vamos ¡ no seas tan pesimista! ¿Cómo sabes que no te escogerán?
-mmmm ¿Por qué nunca lo hacen?- sentencié.
-Siempre hay una primera vez para todo.
-Sé realista ____ (nombre de tu mejor amiga) ¿Cuáles son las posibilidades de que consiga el papel? 0,00001% Menos aun que las de la propaganda de Coca Cola.
-Bueno, pero  ¡no pierdes nada con probar!-insistió. “En realidad si” pensé, aunque no lo dije. Con cada rechazo, con cada “no” sentía que una parte dentro de mí se marchitaba; mi esperanza desaparecía, mis sueños se desmoronaban. ¿Cuántos rechazos serían capaces de sufrir, de afrontar manteniendo intacta su fe? Bueno, yo ya los habia superado. Y por mucho. A decir verdad, había decidido abandonar los castings, me había resignado a la idea de que jamás llegaría a ser famosa. Y por eso, cuando mi mejor amiga me habia comentado sobre el casting, mi respuesta inmediata fue “no”. Pero ya saben como pueden  llegar a ser las amigas a veces. Asi que luego de varios días de insistir, habia terminado cediendo. Y ahí estaba. Parada al final de una fila que parecía no tener limites, en las afueras de un estudio de grabación en Los Angeles, esperando mi turno para poder  audicionar y conseguir el papel (algo que sabia, no sucedería).
Por fin, cuando ya creía que mis piernas no serían capaces de seguir sosteniéndome, me llegó el turno.
-__________ (nombre y apellido)- llamó un hombre robusto tras consultar su lista.
-¡Mucha suerte! ¡Sé que esta vez lo conseguirás!- me alentó mi mejor amiga, abrazándome.
-Si claro- ironicé. Y seguí al productor que, con gesto impaciente, me indicó el camino a mi futuro.
                    ********************************************
-¿Esta es la primera vez que te presentas en un casting?
-No- respondí con la vista fija en el suelo. Estaba realizando mi mayor esfuerzo por evitar la mirada intimidante de los productores. Ya me había cometido en castings anteriores el error de observarlos, lo que había hecho que me sintiera profundamente cohibida. Si pudiera extraer algo positivo de mi desastrosa experiencia, probablemente sería el conocimiento de lo que NO SE DEBE HACER EN UN CASTING.
- ¿Y has sido seleccionada en alguno? ¿Tienes experiencia en la industria televisiva?- “¡Ja! La pregunta del millón” 
-No- respondí sintiendo como el rubor se extendía por mis mejillas.
Como era de esperarse, mi respuesta desató una oleada de murmullos. Y sabia, por experiencia, que eso no era bueno. De hecho, estaba convencida de que ya me estaban descartando de la lista.
-Ok. ¿Qué tal si empezamos?- preguntó una de las mujeres con voz cansina.
Asentí.
-Tú eres una chica parisina que conoce a un muchacho norteamericano. Ambos se enamoran. Es amor a primera vista. Pero es un amor peculiar ¿La razón? Ni tú hablas inglés, ni él habla francés. Sin embargo, esto no los detiene ¿Por qué? Porque ambos encuentran otra forma de comunicarse: mediante sus corazones- explicó la productora- Lo que queremos es que logres, con tu actuación, convencernos de que el amor siempre vence, que supera cualquier obstáculo. Que nos “vendas” esta historia. Que nos hagas creer que es posible. ¿Entendido?
Volví a asentir.
-Perfecto. Tendrás cinco minutos para leer el guión- me comunicó otro de los productores, tendiéndome un fajo de hojas- y luego actuaras con uno de nuestros extras.  Buena suerte.
Observé el guión y noté que faltaba el nombre de la canción y del artista. Sin  prestarle mayor importancia comencé a leer. “La estación de trenes. El actor y la chica están esperando el tren que los llevará a recorrer la ciudad. El andén está vacío y ellos tomados de la mano. De pronto la muchacha rodea con sus brazos el cuello del actor y este la levanta, colocando los pies de la joven sobre los suyos. Llega el tren y las puertas se abren, para que ingresen. La chica intenta enseñarle unas palabras en francés. El joven las repita. Se besan y suben al tren”
-¿Preparada?- preguntó una voz, sobresaltándome. 
-Si- respondí, con voz temblorosa. Mi corazón latía desbocado. Estaba muy nerviosa, porque realmente quería el papel. Las pocas líneas que había alcanzado a leer,  habían logrado que me enamorara de la historia. 
Tomé mi lugar en el centro del escenario, junto al joven que actuaría conmigo.
-Y ¡ACCION!
Me acerqué al joven y lo abracé, imaginando que era esa chica enamorada del guion. Sus manos rodearon mi cintura al tiempo que lo tomaba del cuello. Nos miramos. 
Sentí que la puerta se abría y alguien entraba al estudio, pero no me atreví a verificar de quien se trataba. Estaba en medio de mi escena. Era mi única oportunidad para conseguir el papel, y no podía desperdiciarla.
-Je te aime- murmuré mirando al joven a los ojos e intentando crear esa conexión que sabía, estaban aguardando los productores.
-Je te aime- repitió el joven. Nuestros rostros comenzaron a acercarse. Era el momento del beso. Los labios del joven comenzaron a bajar sobre los míos, pero en el último instante, corrí la cabeza, de forma que solo recibí un beso en la mejilla.
-¡¡¡¡CORTE!!!!
“Genial. Ahora sí que estoy fuera.” Había desperdiciado mi única oportunidad. ¡Y todo por un beso! ¿Qué me había sucedido? No tenía la menor idea. Solo había tenido esa sensación de que ese beso no era correcto, apropiado. Tan sencillo como ello.
-¡¿POR QUÉ CORRISTE LA CARA?!- me preguntó el productor, en tono indignado.
Me quedé en silencio, sin poder articular palabra alguna.
-ES CLARO QUE NO ESTAS PREPARADA PARA EL PAPEL-sentenció.
Inmediatamente las lágrimas anegaron mis ojos. Lagrimas de vergüenza por haber quedado como una aficionada frente a los productores; lágrimas de ira por haber perdido mi oportunidad. Pero mi orgullo propio me impidió derramarlas. Asi que apresurada me dirigí a la salida.
-¡ESPERA!- gritó una voz profunda.
Sorprendida me volteé y me encontré frente a frente con Joe Jonas. Si, el mismísimo Joseph Adam Jonas. El famoso cantante y actor. Y también mi amor platónico. Sentí que mi corazón dio un salto dentro de mi pecho.
-Espera por favor- dijo mirándome a los ojos. ¡Esos ojos! Eran un mar de chocolate en el que podría perderme.
-¿Joe?- pregunté. Si ya sé. Ridículo. Pero comprendan que tenía frente a mí a uno de mis mas grandes ídolos. No me culpen por no poder armar frases coherentes.
Lo ví sonreír y sentí como el mundo se desdibujaba. Fruncí el ceño al comprender lo que sucedía. Esto era un sueño. Seguro que era un sueño. No podía ser real. Así que hice lo único que podría haber hecho: me pellizqué.
-¡Ay!-exclamé más por la sorpresa que por el dolor. Era real.
Joe me observó desconcertado.
-¿Qué haces?
-Es que…. Yo quería saber si estaba soñando- admití ruborizándome.
Me observó serio durante unos segundos y luego soltó una carcajada, a la que por supuesto, me uní.
-Soy Joe- se presentó, tendiéndome la mano
-Aunque supongo que ya lo sabes- expresó guiñándome el ojo- ¿Cómo te llamas?
-Soy _____- respondí.
-Oye, no lo tomes a mal. Me encanta conocerte. Seguro es lo mejor que me ha pasado en todo el dia. Pero ¿Qué haces aquí?- le pregunté desconcertada.
-Superviso el casting- respondió con naturalidad.
Lo miré, aun confundida.
-Para mi video- aclaró.
“¡Oh, Dios Mio! ¿Este era el casting para protagonizar un video de Joe Jonas?”
-JOE- lo llamó el productor- ¿Qué haces? Aun tenemos que continuar con el casting.
-Lo sé John- respondió- Pero me gustaría que dejaran que _____ hiciera la prueba de nuevo.
“¡¿QUÉ?!”
-¡PERO SI NI SIQUIERA HA PODIDO TERMINAR SU ESCENA!- se quejó el productor.
-Tal vez los nervios le jugaron una mala pasada- replicó y girándose hacia mí me preguntó:
-¿Te gustaría hacer la escena de nuevo?
Lo miré en silencio, intentando comprender lo que sucedía.
-Claro- respondí al fin.
-Genial- exclamó con una sonrisa que hizo que me derritiera por dentro. Y tomándome de la mano, me guió de regreso al centro del escenario. Cuando nuestros dedos se entrelazaron, sentí una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo. Y cuando me soltó, la nostalgia me invadió.
Aguardé, intentando ralentizar el latido de mi corazón que parecía a punto de estallar, a que el muchacho con el que había actuado regresara. Cerré los ojos, concentrándome.
“Esta es la última oportunidad”
De pronto sentí que alguien me tomaba por la cintura. Abrí los ojos y descubrí que era Joe. Inconscientemente lo abracé, colocando mis manos en torno a su cuello. Nuestras miradas se cruzaron, y ya no pude apartar la vista. Aunque tampoco lo intenté. Sus ojos refulgían, hipnotizantes. 
-Je te aime- murmuré.
-Je te aime- repitió en un tono de voz tan bajo que solo yo alcancé a oírlo. Nuestros rostros estaban tan cerca que podía sentir su aliento, envolviéndome, transportándome. Y cada vez la distancia era menor. Mis piernas comenzaron a temblar y me aferré con más fuerza a Joe, en un desesperado intento por mantener el equilibrio. Pero debió darse cuenta lo que sucedía porque enseguida aumentó la presión en torno a mi cintura. Centré mi atención en su rostro: su mandíbula, la forma de su nariz, esos ojos chocolates. Era hermoso, tan hermoso que me resultaba casi doloroso. Cerré los ojos, incapaz de seguir observando su perfecto rostro. Lentamente noté que el aire se volvía más denso, más espeso; y se impregnaba del perfume de Joe. Me costaba pensar, me costaba mantenerme en pie, me costaba respirar. Todo debido a  la cercanía de Joe. Era horrible y maravilloso al mismo tiempo. Y cuando pensé que ya no podría soportarlo más, sus labios rozaron los míos con una dulce caricia. 
Los aplausos resonaron por todo el salón y Joe se apartó aunque solo unos centímetros.
-Perfecto- murmuró con sus ojos fijos en los míos. Y con eso, mi corazón estalló. 
                             **********************************************
DOS SEMANAS DESPUÉS
-Ya esta lista- dijo la maquilladora luego de dar los últimos retoques a mi rostro. Hoy era el primer día de grabación de videoclip de Joe y estaba súper nerviosa. Pero no por el hecho de tener que actuar frente a las cámaras, eso no era nada. Lo que en verdad me preocupaba eran  las sensaciones que me invadían cuando Joe estaba cerca de mí.  Y cómo si eso fuese poco, estábamos en Paris ¡la ciudad del amor! Era la combinación perfecta
- ¿______, lista para grabar?- me preguntó Joe con una sonrisa en el rostro. ¡Dios, si tan solo supiera lo que sus sonrisas provocaban en mi interior!
-¡Claro!- dije intentando ocultar mi nerviosismo. Quizás hubiese funcionado si mi voz no hubiese sonado tan aguda.
-Oye- dijo tomando mis manos entre las suyas- No estés nerviosa. Todo va a salir perfecto.
-¿Cómo lo sabes?- le pregunté preocupada- ¿Qué tal si lo arruino todo? 
-No lo harás. No hay forma de que lo arruines _____
-Pero ¿Qué tal si…
-No- me cortó, colocando un dedo sobre mis labios- Todo saldrá genial. Créeme.
Asentí y dejé que me guiara al set de grabación.
Como el día estaba soleado, el director decidió que fueran las escenas exteriores las que rodáramos en primer lugar. A decir verdad, disfruté mucho grabándolas por dos razones: los lugares elegidos eran bellísimos y tales escenas eran bastante sencillas. Por lo general debíamos caminar tomados de la mano, o viajar en algún auto; en otras palabras, nada que pudiera hacer que mis sentimientos quedaran manifiestos. Cerca del mediodía, el director permitió que nos tomáramos un descanso para almorzar, y recorrer la ciudad si lo deseábamos. Por supuesto que yo moría de ganas de recorrer Paris, así que el saber que teníamos tres horas libres, me llenó de alegría.
-¿Qué dices si vamos a almorzar?- me preguntó Joe- Me contaron sobre un lugar que hace una comida fabulosa. Y luego podríamos recorrer la ciudad.
-¡Me encantaría!- respondí emocionada. 
El almuerzo fue increíble, y me divertí mucho hablando con Joe. Hablamos de todo y de nada al mismo tiempo. Por alguna razón, hablar con él me resultaba sencillo, las palabras parecían fluir. Estaba cómoda, como si nos conociéramos de toda la vida. Luego decidimos caminar por la ciudad, maravillarnos con las obras arquitectónicas. Por supuesto ¡no podía faltar la visita  a la Torre Eiffel!
-Tu novio no ha de estar muy contento de que estés en la ciudad del amor grabando un video con otro chico ¿cierto?
La pregunta me tomó por sorpresa. Aparté la vista de la ciudad y lo observé. Tenía las cejas arqueadas, esperando una respuesta.
-Emmm….No tengo novio- respondí incómoda.
-¡¿No?!- exclamó, diría que algo sorprendido.
Yo negué con la cabeza.
-¿Cómo es eso posible?
-Supongo que aun no he encontrado a la persona indicada- dije, encogiéndome de hombros.
-¿Y qué hay de ti?- pregunté armándome de valor- Tampoco creo que tu novia esté muy contenta al respecto. Ya debe ser complicado tener que soportar que todas tus fans se te tiren encima; pero si a eso le sumamos un video romantico…
Joe soltó una carcajada
-Si, complicado ¿verdad?- dijo mirándome a los ojos-Es una suerte entonces que no tenga una novia que tenga que lidiar con todo eso.
-¡ah ¿No?!- esta vez me tocó a mí sorprenderme
- ¿Por qué?- le pregunté- Seguro que no es por falta de pretendientes
Se rio.
-Supongo que aun no encontré a la persona indicada- dijo repitiendo mis palabras. En otro contexto me hubiese reído, pero había algo, quizá el brillo en sus ojos, que me lo impidió. Tenía la sensación de que tras sus palabras, había mucho más. ¿Pero qué?
En ese momento su teléfono comenzó a sonar, rompiendo el hechizo.
-Hola…Si… ¡¿CÓMO QUE LAS 16?!...¡PERDÓN, NO ME DI CUENTA QUE ERA TAN TARDE!…SI, ESTÁ ACÁ, CONMIGO… SI, YA VAMOS PARA ALLÁ.
-_____-dijo tras cortar- debemos irnos. Están esperándonos para seguir con la filmación. ¡Se nos hizo tardísimo!
-¡OH DIOS MIO!- dije comprendiendo lo que había sucedido.
Y comenzamos a correr.
                            ******************************************
-Bueno muchachos. Esta es una escena muy importante. Es el momento de la verdad. Es aquí donde tienen que convencerme de que su amor es real- explicó el director- Esta escena es la que probablemente, resulte de mayor exigencia a nivel actoral. Porque tienen que crear esa magia, ese ambiente que dé a entender que todo fluye, que no es algo preparado ¿Entienden?
Asentí.
-Sí. Sé a lo que te refieres. Tiene que ser natural, espontáneo- comentó Joe.
-Exacto. Y tiene que ser intenso pero sosegado, apasionado pero equilibrado.
“¿Tiene sentido eso?” Lo dudaba. Pero me abstuve de  manifestar mi opinión.
Releí el guión una vez más, para asegurarme de no haber comprendido mal la escena; pero no. 
-¿Todos listos?- preguntó el director. Mi estómago se contrajo en anticipación mientras seguí a Joe hasta la cama ubicada en medio del set de filmación. Joe se quitó la remera, dejando su musculoso torso al descubierto. Avergonzada aparté la mirada, rezando por que no hubiese notado mi mirada.  Luego subió a la cama y me tendió la mano. Nerviosa la tomé y me recosté a su lado, conteniendo mi deseo de escapar.
Me aferré a las sabanas y comencé a estrujarlas mientras aguardaba la orden del director para comenzar. Joe me vio e inmediatamente tomó mis manos entre las suyas.
-Tranquila- me susurró acercando sus labios a mi oído y haciendo que mi corazón latiera más rápido – Imagina que no hay nadie más, solo tú y yo.
Y eso fue exactamente lo que hice. Lo miré, me concentré solo en él. En su rostro, en sus ojos. Me sumergí en su mirada, que de golpe parecía tan oscura como la noche. Miré sus labios, esos hermosos labios. Y el recuerdo de nuestro beso semanas atrás, me invadió. Las sensaciones revivieron y  todo lo demás perdió sentido. Mi mundo se redujo a Joe, a ese momento. A la sonrisa que había aparecido en su rostro, a su perfume que me envolvía, al calor que emanaba de su cuerpo. Y ya no pude contenerlo. Mis sentimientos me dominaron. Acerqué mi rostro al de Joe e hice lo que tanto deseaba. Besarlo. Me pareció oír a lo lejos la voz de alguien gritando algo, “acción” tal vez. Pero no estoy segura. En ese momento, en lo único en lo que podía pensar era en Joe. En sus suaves labios acariciando los míos. Pero este beso no fue como el anterior. Fue muy distinto. Aquel había sido suave, un mero roce; este era un beso apasionado, ardiente. Nuestras bocas ansiosas luchaban por el dominio. 
Con un movimiento rápido, Joe rodó hasta quedar sobre mí. Sentí como sus brazos me rodeaban, acariciando mi cintura. Yo enredé mis manos en su cabello y lo acerqué a mi. El beso se volvió más intenso y ya no me importó si era solo actuación. Me concentré en disfrutar del momento, después de todo, probablemente fuera la última vez que pudiera abrazarlo, besarlo. Cuando termináramos de grabar el video, todo volvería a ser como antes. Él sería nuevamente el músico inalcanzable, mi amor platónico, y yo solo una fan más del montón. Pero cuando todo acabara, al menos tendría un recuerdo al que aferrarme. Ese.  Por ello lo besé, sin vergüenza, dejando fluir todos mis sentimientos, todo mi amor.
-¡Corten!
Joe y yo nos separamos. Mis mejillas ardían y mi corazón palpitaba a una velocidad inusitada.
“¡¿Qué hice?!” Esa era la única pregunta que rondaba mi cabeza. 
-¡Eso estuvo maravilloso! ¡Tan real!- exclamó el director.
Mis ojos buscaron a Joe. Estaba acostado a mi lado pero mantenía nuestras manos entrelazadas. Nuestras miradas se cruzaron y me sonrió. Y lo comprendí; entendí la gravedad de mi situación: Estaba completamente enamorada de él.
De la mano del reconocimiento vino una oleada de temor; temor por mi frágil corazón. Y posteriormente la necesidad de huir, de escapar. Me levanté de un salto de la cama, desentrelazando nuestros dedos y corrí, dejando atrás a una producción estupefacta.
-¡______!- gritó Joe- ¡_____, espera!  Dime que sucede.
Corrí más rápido. Pero no lo suficiente. Al rato Joe me alcanzó y me obligó a detenerme.
-¿Qué sucede?- me preguntó y sus ojos traslucieron su preocupación. 
-Ya no puedo hacer esto Joe- confesé con lágrimas surcando mi rostro.
- Simplemente no puedo. Lo siento- dije y comencé a caminar hacia la salida. Debía irme, tenía que marcharme antes de que fuera muy tarde. Antes de que mi corazón quedara irremediablemente roto. 
-You’re just running from the true. And I’m scared of losing you. You are worth too much to lose. Baby if you’re still confused.
Me giré confundida. Sus ojos brillaban.
- Girl, I’m just in love with you- susurró y tomando mi rostro entre sus manos, me besó.

sábado, 30 de junio de 2012

LIVIN' THE DREAM


CAPITULO 40: THE OTHER SIDE OF THE DOOR

"In the heat of the fight; I walked away. Ignoring words that you were saying, trying make me stay. I said, "This time I had enough.(…) I said, "Leave," but all I really want is you. To stand outside my window, throwing pebbles; screaming, "I'm in love with you." Wait there in the pourin' rain, come back for more. And don't you leave, 'cause I know all I need is on the other side of the door"


 Me aparté bruscamente.
-¡¿Qué quieres?!- espeté- ¿Has venido a continuar con tu sarta de desprecios? ¡Porque creo que ya dejaste muy en claro lo que piensas de mí!
No sé cómo pero de algún modo toda la tristeza que había sentido parecía haber mutado, dando paso a una ira incontrolable.
-¡Estoy harta de tus maltratos!. Estoy cansada de pretender que me da lo mismo que me llames mentirosa y manipuladora, y que me acuses de utilizar a tu hermano. Estoy cansada de tus prejuicios, así como también estoy cansada de intentar demostrarte que estas equivocado.
-Estoy harta de buscar excusas para explicar tu comportamiento; harta de convencerme a mi misma de que en algún momento las cosas cambiaran; harta de mantener las esperanzas en vano- continué- Porque no importa cuánto me esfuerce, nunca serás conmigo el Nicholas dulce y amable que eres con el resto de las personas.
-___________ …
-No- lo corté- respóndeme. ¡¿Por qué me desprecias Nicholas?! ¡¿Por qué buscas siempre el modo de herirme?!- grité.
-¡¿Herirte?! ¡¿Yo?! ¡ERES TU LA QUE QUIERE DESTRUIR MI VIDA POR COMPLETO! PONES A MI FAMILIA EN MI CONTRA E INTENTAS HACERME CREER QUE MI NOVIA ME ENGAÑA. ¡¿QUÉ PRETENDES?!- 
La cara de Nicholas estaba completamente roja. Si no fuera porque lo estaba viendo con mis propios ojos jamás le hubiese creído a quien me dijese que el dulce Nick podría enojarse de este modo. Pero a decir verdad había tantas que jamás hubiese creído de Nick…
-¡¿QUÉ PRETENDO?! ¡¿QUÉ PRETENDO?! ¡PRETENDO QUE ABRAS LOS OJOS RESPECTO DE TU QUERIDA DELTA, QUE NO TE DEJES ENGAÑAR! PORQUE COMO UNA TONTA PRETENDO EVITAR QUE SUFRAS, ¡PRETENDO QUE SEAS FELIZ! 
-¡SI CLARO! ¡¿ENSERIO CREES QUE ME VOY A TRAGAR ESE VERSO?!
-¡¿SABES QUE?! ¡YA HE TENIDO SUFICIENTE! –Grité conteniendo las lagrimas – ¿QUÉ ES LO QUE QUIERES? ¿QUE ME VAYA? BUENO PUES  TU DESEO DE CUMPLEAÑOS SE HIZO REALIDAD.
Giré en dirección a la casa. Sabía lo que debía hacer: empacaría mis cosas y le rogaría a Big Rob que me llevara hasta el aeropuerto. Dejaría una nota para Joe con alguna excusa y me aseguraría de jamás volverme a topar con Nicholas Jonas. 
Había dado unos cuantos pasos cuando sentí que alguien me jaló del brazo izquierdo, con fuerza. En menos de un segundo, el cuerpo de Nick estuvo a solo unos centímetros del mío, y antes de que pudiera reaccionar, sus labios cayeron sobre los míos.



LIVIN' THE DREAM


CAPITULO ESPECIAL: NICK POV

La discusión con ____ despertó en mi interior un gran sentimiento de frustración. Por el rabillo del ojo la observé abandonar el salón, enfadada y dolida. No lograba quitar de mi mente la expresión de tristeza que se había dibujado en su rostro, y esto de algún modo me atormentaba. Quizás había sido muy duro con ella pero a decir verdad ______ me desconcertaba. Cuando estoy a su lado no logro contenerme, los sentimientos me dominan, especialmente los más negativos.
-¡Hey!- La voz femenina me sorprendió y sirvió para despertarme del trance en que estaba había sumido.
Rápidamente volteé para encontrarme con el rostro sonriente de una de las personas que había ocupado, y aun seguía haciéndolo, un lugar primordial en mi vida.
-¡Miles!- respondí devolviéndole la sonrisa y abrazándola con fuerza.
-Feliz Cumpleaños, ruliento- dijo cuando nos separamos. Solté una carcajada. Así era Miley, capaz de hacer reír a cualquiera sin importar el estado de ánimo en que se encontrara. No por nada su familia la había apodado asi.
-¿Qué sucede?- le oí preguntar con una expresión preocupada tras unos segundos.
-¿A mí?... Nada- respondí nervioso. Durante el tiempo que estuvimos juntos, Miley siempre había sido muy buena descubriendo mis sentimientos aunque intentara ocultarlos, y temía que su don aun surtiera efecto.
-No parecías un cumpleañero muy feliz hasta hace unos momentos- comentó. No, era cierto. Y sabia de quien era la culpa.
-Preferiría no hablar del tema-dije lanzando un suspiro.
Ella me observó, probablemente intentando decidir qué hacer: seguir con el interrogatorio o dejarlo correr.
-Ok- expresó tras unos instantes- Bueno, ¿y dónde está tu novia? ¡Quiero conocerla!
“¿Novia? ¿Cuál novia?”
“Ah ¡Sí! Delta” Por un segundo me había olvidado de ella. Recorrí el salón con la mirada rogando que no se hubiese enfadado conmigo por haberla ignorado desde el comienzo de la fiesta;  pero no la encontré por ningún sitio. Qué extraño, ahora que lo pensaba tampoco me había hablado  para desearme un feliz cumpleaños.
-Mmmm. No pudo venir- respondí restándole importancia. Debia de ser cierto. Probablemente su manager le habría asignado una reunión a último momento. Lo mas seguro es que más tarde me llamara.
La cara de Miley reflejó asombro; sin embargo se abstuvo de emitir su opinión. Supe  lo que estaba pensando: que era la ausencia de mi novia lo que me tenía asi. Bueno, yo no pensaba sacarla del error, al menos de ese modo no me seguiría presionando para saber lo que me ocurría. 
-Linda fiesta- se apresuró a comentar Miley.
“Quiere distraerme, para que no note la ausencia de Delta” pensé. Miley si que era asombrosa.
-Si- respondí esbozando una sonrisa- La verdad es que no lo esperaba. Fue una agradable sorpresa.
-Tienes que darme el número de _______ para que me ayude a organizar mi próximo cumpleaños. ¡Esa chica si que tiene talento!
Sentí como mi cerebro se quedaba en blanco. Estaba confundido.
-¿______?
-Si- respondió Miles arqueando una ceja- _____ ¿La novia de tu hermano?....
¡Eso era imposible! ¡Miles se había vuelto loca! Cómo si ______ se hubiese molestado en armarme una fiesta. ¡Habían sido sus hermanos!
-¿De qué hablas Miley? Fueron Joe y Kevin quienes organizaron la fiesta.
-No. Al menos, eso no es lo que me dijo Joe.
-Tu hermano me confesó que él había estado muy enojado y que no creía que merecieras  una fiesta de cumpleaños pero que la insistencia de _______ lo había convencido- se apresuró a explicar Miles al observar el desconcierto en mi rostro- Me dijo que incluso lo había amenazado con no hablarle más si no te perdonaba y la ayudaba con los últimos detalles.
No era podía ser cierto. Debía haber un error. Era imposible que __________, a quien siempre había menospreciado y atacado, a quien momentos antes incluso había echado de su fiesta, se hubiese tomado la molestia de lograr que tuviera un festejo por su cumpleaños.
“Ay Dios mío” Había cometido un terrible error. Tenía que encontrarla. Tenía que disculparse por haberse comportado como un maldito desgraciado.
Sin siquiera excusarme, eché a correr.
 Luego de media hora de buscarla como un maniático y justo cuando había sentido mis esperanzas estrellarse contra el suelo, la encontré recostada en el césped abrazando a Elvis. La imagen me dejó atónito.
-Te voy a extrañar pequeño- Su voz había sido poco más que un susurro, pero de algún modo llegó hasta mis oídos.
 -¿Por qué?- dije dando un paso al frente para que pudiera verme-  ¿Dónde piensas ir? 
-N..i…c….k- murmuró y no pude evitar pensar que parecía una súplica. Su mirada reflejaba desolación y me odié a mí mismo. 
-Yo ya me iba- expresó cambiando repentinamente su actitud y utilizando un tono tan frio que me heló la sangre. Ví como se levantaba y daba unos pasos para alejarse de allí.
-Espera- Ahora era yo quien suplicaba. Y esperaba que me oyera.
___________ se volteó.
-¿Qué quieres?- me dijo.
El silencio se cernió sobre nosotros. Me quedé de pie observándola. Sus ojos estaban completamente rojos.
“Estuvo llorando” me recriminó una voz en mi interior “Y es todo tu culpa”.
-Tienes los ojos irritados- espeté- ¿Has estado llorando?
Las palabras deben haberla sorprendido ya que tardó unos segundos en reaccionar y bajar la vista.
-No.
-No me mientas _____- dije acercándome hasta donde se encontraba - ¿Has estado llorando?
Silencio.
Con suavidad tomé su rostro entre mis manos y la obligué a levantar la mirada. Sus ojos me cautivaron. Nunca había notado lo bellos que eran. Sentí que su perfume me envolvía, delicadamente. Estábamos tan cerca….

LIVIN' THE DREAM


CAPITULO 39: JUST DON’T KNOW IT (PARTE 2)

-N..i…c….k- dije con la voz amortiguada por las lagrimas que estaba tratando de contener.
-Yo ya me iba- me excusé apartando a Elvis para levantarme como un rayo. No soportaría otra pelea. ¡Dios! En el estado en que me encontraba no soportaría ninguna palabra que dijera. Me echaría a llorar como una niñita y eso era algo que no me permitiría. Tenía demasiado orgullo interno como para demostrarle cuanto me hería su actitud.
-Espera- su voz no era más que un murmullo. Nunca lo había oído hablarme así. Mi corazón se aceleró. Mi pobre e iluso corazón aun creía que existía la posibilidad de que Nicholas me quisiera. Pero mi cabeza era objetiva, imparcial e impasible, y me instaba a que no me engañara
-¿Qué quieres?- dije volviéndome. Mi intensión había sido utilizar un tono sereno empero, en lugar de ello, las palabras habían salido de mi boca con un dejo de cansancio.
Nick se limitó a observarme, en silencio, a unos metros de distancia. Quise apartar la mirada pero me resultó imposible romper la conexión. Todo lo que pude hacer fue quedarme de pie, aguardando.
-Tienes los ojos irritados. ¿Has estado llorando?
Las palabras me sorprendieron y tardé unos segundos en reaccionar y bajar la vista.
-No.
“Por favor que no se dé cuenta, por favor” supliqué.
-No me mientas _____- su voz sonaba muy cercana. Como si estuviera a solo unos pocos centímetros de mí- ¿Has estado llorando?
No le respondí. No estaba segura de que pudiera hacerlo. De pronto sentí su mano levantar suavemente mi rostro. Ese roce fue suficiente para que mi corazón latiera desbocado.  Sus ojos color chocolate me observaron y sentí como el aire se quedaba atorado en mis pulmones. Estábamos tan cerca que podía sentir su aliento, tan cerca que nuestras narices casi se rozaban, tan cerca que con un leve movimiento mis labios rozarían los suyos….

LIVIN' THE DREAM


CAPITULO 39: JUST DON’T KNOW IT (PARTE 1)

"Oh, you won't see me break, Won't make that mistake, Oh no. I'll just walk away, There’s too much at stake right now. I go on and on, singing this song about you"
Sentía como el dolor atravesaba mi corazón como si se tratara de un cristal. Era demasiado, no sabía si podría soportarlo. Corrí con más fuerza, las lagrimas cayendo por mis mejillas, en un intento por dejar atrás mis sentimientos. Sabía que por mucho que corriese, no podría escapar pero el hecho de poner distancia me reconfortaba, un poco. Estaba cansada, muy cansada aunque no por el esfuerzo físico. No, era un cansancio mucho más profundo. Era el cansancio de ocultar mis sentimientos por Nick, y de tratar de disiparlos. Por mucho que lo intentase, mi corazón se resistía a olvidarlo. Lo único que podía hacer era huir, alejarme antes de que las heridas fuesen demasiado profundas como para cicatrizar…si no lo eran ya. Dicen que nada es más doloroso que un amor no correspondido pero se equivocan. Hay algo mucho más atormentador: Saber que la persona a la que amas, aquella por la que serías capaz de dar todo, te desprecia intensamente. Eso si era terrible. Si Nick solo no me amara, podría soportarlo. Ver en cambio su odio, era mucho más de lo que podía soportar.
¿Por qué? Me pregunté por trigésima vez. A pesar de saber que no obtendría una respuesta mi mente parecía incapaz de volver al tema una y otra vez. Y esto solo acrecentaba el dolor. De Nick podría escapar, pero de mis pensamientos, de mis sentimientos no pues eran una parte de mi misma. Era tiempo de enfrentar la situación. Ya no podía eludirla más porque acabaría como pinocho: con un corazón de madera. Así que, por mucho que costara, solo había una cosa que podría hacer: Regresar.
Sentí como una lengua me rosaba la mejilla. Era Elvis, el perro de Nick que alertado de mi estado de ánimo se esforzaba por consolarme. Distraídamente lo acaricié mientras intentaba recordar en qué momento de mi desesperada huida mis pies se habían detenido y recostado contra el suelo.
-¿Por qué me pasa esto Elvis?- me quejé. El hermoso Golden Retriever ladeó su cabeza y me observó con curiosidad.
-Sabes- continué- dicen que los perros se parecen a sus dueños. Pero tú debes ser una excepción porque sino tendrías que estar gruñéndome. 
En ese momento Elvis se lanzó sobre mí, lamiéndome la cara con intensidad. Yo lo abracé.
-Te extrañaré pequeño- susurré nuevamente con los ojos empañados.
-¿Por qué? ¿Dónde piensas ir?- preguntó repentinamente una profunda voz.